No es nada fácil estar cuatro décadas seguidas defendiendo los mismos colores, dirigiendo un proyecto deportivo ambicioso y formando a la élite regional de la gimnasia rítmica. Vamos, para cualquier persona sería prácticamente imposible. Pero esta palabra no existe en el diccionario de África Barranco, nuestra directora de escuela, con la que hoy hablamos en profundidad sobre muchos temas.
África, la primera pregunta es clara. ¿Cuál es el secreto para estar más de 40 años al frente de un proyecto deportivo?
No hay ningún secreto, la verdad. Simplemente, ponerle la máxima pasión a lo que haces. Esa es la clave para conseguir que te siga enganchando cada día y te permita luchar por todo aquello que te propongas en un futuro.
¿Cómo nació tu amor por la Gimnasia Rítmica y cual fue tu trayectoria?
Nació por una amiga del colegio, que siempre estaba dando saltos y volteretas y haciendo cosas que me llamaban la atención. Como siempre he sido una persona que se ha tirado a por todo sin miedo a nada, un día decidí ir con ella a probar. Una vez en el pabellón, Rosa Hernández (mi entrenadora) vio algo en mí. Ese ‘algo’ fue lo que me unió a este gran deporte.
Has sido gimnasta, jueza y monitora durante muchos años. ¿Qué te ha aportado cada uno de estos puestos?
Experiencia, sabiduría y aprendizaje. Siempre han sido puestos en los que me he nutrido de conocimientos y valores que no solo me han servido para este mundo, sino también para la vida.
¿Echas de menos competir sobre el tapiz?
De vez en cuando me viene ese sentimiento de añoranza deportiva, pero lo pienso en frío y siempre saco el lado positivo de esto: seguir vinculada a este mundo. Estar al otro lado del tapiz también es bonito y gratificante.
A nivel profesional, ¿qué ha supuesto el Club Cordillera para ti?
Absolutamente todo. Empecé siendo una niña y me brindaron la posibilidad de cumplir un sueño. Estaré eternamente agradecida con ellos, no solo por el trato recibido durante estos 42 años, sino por la confianza que siempre han depositado en mí a la hora de desempeñar mis funciones.
¿Cómo soléis trabajar con las diferentes categorías? ¿Qué métodos de entrenamiento usáis?
Trabajamos con todas las categorías por igual. Comenzamos con un calentamiento general, que lleva parte aeróbica y parte de estiramientos, y continuamos con otra sesión más enfocada al trabajo de los montajes que se van a llevar a cabo durante la temporada.
¿Qué es lo que más te gusta de trabajar con niñas?
Ver que el trabajo de tantos meses se ve reflejado, no solo en el momento en el que conseguimos lo que nos proponemos, sino también en sus caras de ilusión, emoción y felicidad.
¿Qué importancia tiene el aspecto mental en esta disciplina? ¿Cómo lo trabajáis?
Es súper importante la concentración porque se determina todo en dos minutos y medio de montaje y, tanto las gimnastas como los técnicos, tenemos que ser conscientes de que no hay más oportunidades. Solo hay una y hay que aprovecharla al 100%.
¿Qué momentos inolvidables resaltarías de tu extensa carrera como monitora?
Después de tantos años, te diría muchísimos, pero si tengo que elegir uno, sin duda sería cuando nos proclamamos con el club campeones del mundo en Cartagena. Fue increíble. Luego también destacaría muy buenas actuaciones en Campeonatos de España, donde el nivel que hay es altísimo.
A nivel deportivo, ¿qué balance haces de los últimos años en el club?
Si te soy sincera, una pierde la noción de los años en este deporte porque es un proceso cíclico: en cuanto unas se van, llegan otras. Y esto supone volver a empezar desde abajo formando y creando pequeños diamantes que brillarán de cara a un futuro.
Y mirando a futuro, ¿qué objetivos os marcáis?
Nuestro propósito siempre es el mismo: mejorar, avanzar y triunfar en todo lo que se nos presente.
¿Tenemos África para rato entonces?
Si, queda mucha África para rato.
¡Gracias por la entrevista!
Gracias a vosotros.