27 de marzo de 2025

«Para mí, el Cordillera es mucho más que un club, es una gran familia»

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Pese a su juventud, María José Sanz lleva toda una vida dedicada a la Gimnasia Rítmica, primero como gimnasta y, desde hace un tiempo, como monitora del club de sus amores. Su reciente título de Campeona Regional es el fruto de años de esfuerzo, disciplina y dedicación por este deporte. En esta entrevista, nos cuenta cómo ha sido su trayectoria, qué ha significado para ella este logro y cómo su segunda familia -el club- se ha convertido en uno de los grandes pilares de su vida.


 

Antes que nada, ¡enhorabuena por tu reciente título regional y por tu clasificación para el Campeonato de España! ¿Cómo ha sido para ti alcanzar este logro?

¡Muchísimas gracias! Ha sido una experiencia muy gratificante. Llevo años trabajando duro para alcanzar este objetivo, y finalmente lo he conseguido. Para mí, esto no es solo una medalla, sino la recompensa a la constancia y dedicación de todos estos meses de trabajo. A veces, parece que todo está oscuro y no vemos la luz al final del túnel, pero todo esfuerzo tiene su recompensa, tarde o temprano.

Llevas casi 11 años creciendo y evolucionando como gimnasta. ¿Qué papel ha jugado el Club Cordillera en tu desarrollo deportivo y personal?

El club ha sido un pilar fundamental en mi desarrollo, tanto deportivo como personal. El Club Cordillera es mi segundo hogar, un lugar donde me siento querida y valorada, y donde mis problemas desaparecen. Me he criado aquí, y gracias al club, me he convertido en la persona que soy hoy. Porque este club es mucho más que un centro deportivo, es una familia.

También has participado en seis Campeonatos de España. ¿Qué significa para ti volver a una cita deportiva tan importante?

Hace unos años, jamás pensé que iba a poder ir a un Campeonato de España. Para mí, es un sueño y una gran suerte poder volver a disfrutar de esta gran cita. Además, el ejercicio de esta temporada es muy especial para mí, porque cuenta mi historia como gimnasta y por todo lo que he tenido que pasar hasta llegar aquí. No ha sido un camino fácil, pero ha merecido la pena.

Además de la gimnasia rítmica, fuiste número 1 del mundo en gimnasia estética. ¿Cómo fue esa experiencia?

Sinceramente, nunca hubiera pensado que iba a llegar a hacer gimnasia estética y mucho menos ir a un Campeonato del Mundo. He de decir que ese año estuvo lleno de experiencias y aprendizajes maravillosos. Recuerdo el Mundial con mucho cariño, ya que tuvimos la suerte que se celebrase en España y, cuando salimos a competir, todo el pabellón se volcó con nosotros. Fue una experiencia única que repetiría mil veces sin pensarlo.

A lo largo de los años, has conseguido ser campeona y subcampeona de Murcia, tanto en individual como en conjunto. ¿Qué diferencia sientes al competir sola frente a hacerlo en equipo con tus compañeras del Club Cordillera?

La mayor diferencia entre competir en individual y en conjunto es la presión. Cuando estás sola en el tapiz, la responsabilidad es completamente tuya. En cambio, compitiendo con tus compañeras, te sientes más arropada. Estos últimos años he competido en individual porque es más fácil cuadrar los horarios y los entrenamientos. Me encanta, pero sin duda, la sensación de pertenecer a un equipo y el apoyo incondicional que eso supone, no lo cambio por nada.

La exigencia en la gimnasia rítmica es altísima. ¿Cómo es tu rutina de entrenamientos en el club y cómo te ayudan tus entrenadoras y compañeras a seguir mejorando?

Entreno entre 2 y 3 días a la semana, que es poco, ya que tengo que compaginar los entrenamientos con mi trabajo como entrenadora en el club. Aprovecho al máximo cada momento para entrenar, aunque sea media hora. Tengo la suerte de que mis entrenadoras me ayudan a compaginarlo todo, y sin ellas nada de esto sería posible. Tanto mis compañeras como mis entrenadoras me ayudan a seguir confiando en mí, incluso cuando las cosas no salen como espero. Estoy muy agradecida con mi segunda familia.

¿Recuerdas algún momento especialmente difícil en tu carrera y cómo has conseguido superarlo?

El momento más difícil fue mi primera temporada como individual base en 2022. Estaba cursando segundo de bachillerato y tenía que sacar muy buenas notas para acceder a la carrera que quería. Fue un momento en el que me planteé dejar el deporte que tanto me apasiona, porque cuando la mente no está bien, nada funciona. Estos últimos años han sido un proceso de reconciliación con la gimnasia y conmigo misma. Es muy difícil disfrutar del deporte que te apasiona cuando tu mente te dice constantemente que no vales y te compara con otras gimnastas. Por eso, es importante rodearte de personas que crean en ti y te apoyen pase lo que pase. Yo tengo la suerte de tener cerca a mis entrenadoras, amigos y familia, que son mi apoyo incondicional y que están ahí siempre para levantarme cuando me caigo y para celebrar mis éxitos.

El Club Cordillera ha formado a muchas gimnastas a lo largo de los años. ¿Qué crees que hace especial a este equipo y qué lo diferencia de otros clubes?

El Club Cordillera es especial por muchas razones, pero sobre todo por el increíble trabajo de sus entrenadoras y la gran familia que hemos formado. Las entrenadoras no solo nos enseñan gimnasia, sino que nos transmiten valores como la perseverancia, el respeto y el compañerismo. Son un apoyo incondicional, ayudan a crecer como deportistas y como personas, y siempre están ahí para levantar a sus gimnastas en los malos momentos. Además, somos una gran familia, nos apoyamos mutuamente, celebramos nuestros éxitos y nos animamos en los momentos difíciles. Compartimos mucho más que entrenamientos; compartimos risas, sueños y experiencias que nos unen.

¿Tienes alguna gimnasta a la que admires y que te inspire en tu día a día?

La gimnasta a la que admiro actualmente es Polina Berezina, porque es un ejemplo de esfuerzo, dedicación, sacrificio y superación. Lleva muchos años como gimnasta y, a pesar de no haber tenido las cosas fáciles, ha conseguido todo lo que se ha propuesto. Lo que más me gusta de ella es su forma de afrontar las cosas, siempre con una sonrisa. Esa es la actitud con la que hay que afrontar los momentos difíciles, porque los errores te hacen más fuerte.

Compaginar tus estudios -Magisterio de Primaria- con los entrenamientos de gimnasia no debe ser fácil. ¿Te da tiempo a sacarlo todo?

Llevo muchos años compaginando el deporte con los estudios y al final te acostumbras. No voy a negar que a veces es difícil, pero cuando algo te apasiona, siempre sacas tiempo para todo. Además, tengo la suerte de que la universidad es por las mañanas y las tardes las tengo libres para entrenar. Así que sí, me da tiempo a todo, aunque termine agotada.

Muchas niñas empiezan en la gimnasia rítmica con la máxima ilusión. ¿Qué consejo les darías a las más peques que sueñan con llegar lejos?

Les diría que se esfuercen mucho, que luchen por sus sueños y que no se rindan nunca. Aunque las cosas se pongan difíciles, no hay que tirar la toalla, porque a veces las cosas buenas tardan en llegar. Que nada ni nadie arruine sus sueños, el límite lo ponen ellas, y soñar es ilimitado. Pero lo más importante es que disfruten del camino, que se lo pasen bien y que no se centren en ganar, sino en disfrutar.

Para terminar, ¿cómo te ves en un futuro?

Me encantaría seguir formando parte del equipo técnico de gimnasia rítmica del club. Poder seguir transmitiendo a las futuras generaciones mi pasión por este deporte tan bonito y lleno de valores.

Muchísimas gracias por esta entrevista María José. Y, de nuevo, ¡enhorabuena!

Gracias a vosotros siempre. Ha sido un placer.